Salí buscando al amor,
sin pistas de dónde hallarlo.
Caminando vacías calles,
recorriendo la vieja plaza
cada domingo de primavera,
hasta que me dice el viento
que el silencio nocturno espera.

En el café lleno de murmullos,
con las mesas de madera
dibujando paisajes oscuros
en sus vetas desgastadas.
A media luz con un cigarro,
adivinando soledades calladas
como la mía tomándome el brazo.

Hurgo en la memoria del pasado,
búsqueda desesperada, febril,
volteo la mirada, repaso la vida
por si quedó detrás de mí,
descansando en alguna vereda
los devaneos de mi adolescencia
que la dejaron casi sin fuerzas.

Ha llegado mas frío el invierno,
cayó la nieve sin apenas notarlo.
Ahora ya no puedo ir su encuentro,
la puerta con prisa abro,
en silencio su llegada espero,
que mire a mis ojos ya nublados
y me dé otro verano en un beso.